El imperio bizantino.

El imperio bizantino
Política.
En el año 476 desapareció el imperio romano de Occidente y el territorio que había ocupado se dividió en numerosos reinos. El imperio romano de Oriente pervivió durante diez siglos con el nombre de imperio bizantino. Su capital fue Constantinopla.
 Su período de mayor esplendor coincidió con el reinado de Justiniano en el siglo VI. Durante estos años, Justiniano trató de reconstruir el imperio romano. Su ejército conquistó amplios territorios, entre ellos gran parte de la península Itálica y del norte de África y el sur de la península Ibérica.
El imperio bizantino estaba dirigido por el basileus o emperador, que concentraba todos los poderes. Sus órdenes se ejecutaban a través de una red de funcionarios. También disponía de un cuerpo de diplomáticos y de un poderoso ejército que defendía las fronteras.
Tras la muerte de Justiniano, los bizantinos fueron perdiendo territorios. En 1453 los turcos conquistaron Constantinopla. Este hecho marcó el fin del imperio bizantino.
Economía.
Las ciudades tuvieron gran importancia durante el imperio bizantino, ya que eran la sede del gobierno, de los obispados y del ejército. También funcionaban como centro de intercambios comerciales. Los bizantinos gozaron de gran prosperidad económica y dominaron el comercio del Mediterráneo y las grandes rutas que unían Europa con Asia y África.
Sociedad.
En sus inicios, el imperio bizantino mantuvo las formas de vida romanas. No obstante, poco a poco fue adoptando elementos de la cultura griega, como el idioma. En 1054 se produjo el Cisma de Oriente, que marcó la separación definitiva entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa o bizantina.
El imperio bizantino desarrolló un arte muy rico. Destacan las iglesias de planta de cruz griega y los mosaicos.